domingo, 30 de enero de 2011

Buscando a Ali

Ali llegó de cachorrita junto a sus hermanitos: Belinda y Pipo, a la Protectora S.O.S. Caninos y Equinos y desde ese día han vivido juntitos los 3 en diversos caniles (generalmente en esta protectora los perros son cambiados de caniles para que no se aburran en el mismo y tener diferentes vistas del entorno).




Alí, era la más tímida de los hermanos, todos unos perros muy buenos y sumamente tiernos. Aunque también son algo escapistas, más de una vez lograron abrir la puerta del canil y salir corriendo por el patio cerrado central.










En los primeros días de enero tuvimos la feliz noticia de que Alí sería adoptada y aunque seguramente la extrañaríamos mucho, nos alegramos por ella, ya que tendría la oportunidad de salir del canil  y tener una familia que le brindara cuidados y cariño.

Pero la felicidad duró poco ya que pocos días después, el 15 de enero, recibíamos la mala noticia de que Alí se había escapado de la casa de sus adoptantes, corriendo sin rumbo por la zona de la Unión. Nos desesperamos realmente porque esta perrita no había vivido en la calle como otros perros de los de la protectora, sino que desde bebé había vivido en un canil, donde siempre se le había proporcionado alimento, abrigo y el cariño de las voluntarias.



Ahora Alí estaba en la calle, sin sus hermanos, sin alimento, sin saber cómo sobrevivir en un ambiente que le era totalmente ajeno. Ella era de los 3 hermanos la más sumisa, por lo que le resultaría muy difícil juntarse con otra jauría, sería perseguida, sería la última al reclamar alimento.
Entonces, la foto de Alí comenzó a circular por Internet, en diversas páginas, en Facebook, en afiches que se fueron pegando por la zona, en correos electrónicos reenviados.
Muchos voluntarios salieron a buscar por la Unión, varias personas llamaban diciendo que la habían visto por diversas calles de la zona. Cada salida era en vano, Alí no aparecía.
Casi dos semanas después, una nueva llamada decía que la habían visto por Carrasco, cosa que nos hizo dudar ya que en tal caso, Alí habría caminado muchos kilómetros desde donde había escapado, pero todo podía ser….




Ayer sábado me levanté a las 5:00 de la madrugada, ya que saldríamos con unas compañeras a recorrer la zona de la Unión (Montevideo). Salimos 5:30 en auto recorriendo calles y calles… 8 de Octubre, Solano López, Miguel Angel…. Pese a que éramos 6 ojos mirando hacia todos lados, pese a que el auto iba a un paso muy lento…. a las 9 de la mañana la búsqueda era infructuosa, por lo que decidimos ir por Avda. Italia rumbo a Carrasco. La Dra. Grabriela M. debía abrir su veterinaria a las 9:30 hs, por lo que tomó desde 8 de octubre un taxi hacia su casa y con la encargada de los voluntarios seguí rumbo a la zona del Hipermercado. Carrasco tiene hermosas mansiones, zonas arboladas con eucaliptus y enormes pinos, mucho verde y afortunadamente gran cantidad de gente que se preocupa por los animales.
El lugar es realmente bello, pero Alí podía estar escondida en cualquier parte…






































Puente de Las Américas




Cerca del mediodía dimos con la casa donde un joven decía que la noche anterior una perrita igualita a Ali lo había seguido hasta la casa. Teníamos entonces un 80% de certeza de que estaba por la zona (cabía la posibilidad de que fuera otro perro similar con collar azul) y que salía a caminar de tardecita o noche (posiblemente se escondía de día porque es muy tímida y porque nunca estuvo sola en la calle). Por lo que ya cerca de las 13 hs. emprendimos el regreso a casa.

Esa misma tardecita SOS Caninos y Equinos organizó un rastrillaje de la zona a partir de las 18:30 hs.
Increíblemente la ubicaron!... Ali estaba en una peligrosa ubicación, en medio de la ruta sobre un cantero. Estaba asustada y dos voluntarias debieron tener mucha paciencia para llamarla, ofrecerle comida, hasta que de a poco confiara y se acercara. Hasta que por fin pudieron agarrarla del collar y pasadas las 21 horas teníamos la confirmación de que Alí había sido rescatada!!.

Todos estallábamos de la emoción! Fue increíble encontrarla, a tantos kilómetros de donde había escapado, en una zona de muchos montes, playa, rutas de peligroso tránsito, etc. Pero gracias a la solidaridad de los uruguayos bicheros que al ver el afiche no siguieron de largo, sino que retuvieron la foto de Alí en su retina y luego colaboraron llamando, avisando, y gracias al esfuerzo de todos los que salimos a buscarla por diversas zonas y a hablar con los vecinos y dejarles teléfono y demás… fue que por fin la recuperamos. Ali regresará a la Protectora donde creció y vivió junto a sus 2 hermanos durante año y medio. Seguramente estará feliz de reencontrarse con su familia y con los abrazos de todos los que la queremos y que durante días rogamos para que esta historia tuviera un final feliz.


Dos voluntarias tratando de ganar la confianza de Ali y que no saliera corriendo por la ruta.




Tiempo después las rescatistas felices de la vida con Alí en brazos


Muchos mimos para Ali, que por fin está de regreso con nosotros!




Las voluntarias que estuvieron en el rescate


Quedan varias enseñanzas de esta historia:
  1. Que cuando adoptamos o recién traemos un perro a nuestro hogar, éste tiene un período de acostumbramiento, para tomar cariño al lugar, a la familia y para que no intente escapar frente al primer descuido. Hay perros que siempre sentirán curiosidad del exterior, por lo que debemos ser precavidos de no dejar puertas o portones abiertos.
  2. Que nunca hay que desistir en la búsqueda de una mascota perdida. Porque ellos están en alguna parte asustados, perdidos, buscando alimento o una cara conocida. Y seguramente con perseverancia lograremos ubicarlos y regresarlos sanos y salvos al hogar.
  3. Es importante colocar en el collar alguna identificación para que en caso de ser encontrado por otra persona tenga un teléfono a donde llamar o una dirección a donde regresarlo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Un bracito a través de las rejas

El jueves 30 de diciembre de 2010, era la última jornada de voluntarios del año, en la protectora SOS Caninos. Por lo que cancelé el trabajo de ese día para dejarmelo libre.
Llegué al mediodía cuando ya varias voluntarias realizaban tareas en el lugar.
Acompañé a una compañera y su ahijada a alimentar a varios perros del pasillo.
El pasillo es una de las entradas que tiene caniles a ambos lados. No bien entras por ahí, todos los perros comienzan a ladrar y saltar. Estuvimos un buen tiempo entrando a cada lugar y dando arroz con carne a los perros.
Cuando iba casi al final del pasillo, de un canil de la derecha salió una pata de entre las rejas de su canil… parecía querer agarrar mi brazo. Miré hacia adentro y no era de los perros que conozco (son muchos y los vamos reconociendo de a poco).
Seguimos….
De regreso nuevamente “un bracito” salía totalmente de entre las rejas, fui a acariciarlo y le pregunté a mi compañera si conocía ese perro, si sería bueno o bravo… Ella tampoco lo conocía.
Salimos una vez que terminamos el trabajo. Ya había sacado a pasear a mi ahijada Pecas y la había dejado fuera, atada junto a una palmerita para no regresarla tan pronto al canil. Cada vez que pasaba a su lado le hacía mimos.
Entonces, decidí a tomar collar y correa para ir a sacar a ese perro que sacaba la patita por entre los barrotes, algo en él llamaba mi atención.
Cuando entré, ella se notaba muy nerviosa (era hembra), me costó mucho ponerle el collar, se tiraba al suelo, se daba vuelta, parecía extrañar mi acercamiento.
Ya con collar y sujetando la correa, abrí la puerta del canil que da al pasillo. No quiso salir, se asomó un poco, al largo pasillo donde todos los perros ladraban y retrocedió. Tuve que sacarla despacito, tironeando con la correa corta… Finalmente salimos del pasillo y cerré el portón.






Estábamos al aire libre…. Entonces salió corriendo, se detenía, se daba vuelta e intentaba quitarse el collar, volvía a correr como desesperada…. Luego se tiraba a suelo y se arrastraba a ras de tierra, se volvía a parar, corría… su reacción era realmente extraña!! Pensé que era antisocial o hiper nerviosa…
Entonces el encargado de la protectora nos mira y me dice: - A esa perra nunca la sacan a pasear… Hace como dos años que no sale del canil. –









¡Pobrecita! Con razón su extraño actuar. Hacía meses que nadie notaba su presencia, que nadie se detenía ante su patita que llamaba insistentemente a través de las rejas. Y hoy por fin, alguien la había visto! Y la habían sacado a pasear!!
Poco después seguía revolcándose en el pasto, en la arena….
Más tarde nos sentamos bajo el sauce, sobre el pasto. Estaba más tranquila, aún tan entusiasmada que se quedaba parada.
Pronto, se sentó, se me acercó aceptando mis caricias, con la carita al viento mirando hacia todas partes (cosa que no pueden hacer dentro de un canil), movía y movía la cola. Noté que estaba sumamente feliz.














Cuando fui a regresarla a su canil, temí que no quisiera quedarse allí o que como otros tantos intentan escapar. Pero me asombró su tranquilidad, como aceptando el regalo de haber podido pasear por fin.

Al día siguiente, el 31 de diciembre, me puse en casa a revisar fotos para respaldarlas en Cds y limpiar un poco la computadora para comenzar el nuevo año con limpieza y orden informático. Entre muchas fotos, encontré un montón de la protectora allá por el 28 de agosto, cuando comenzaba a ir de voluntaria. Y entre algunas, de los perros del pasillo, encontré una foto de Mili en la que no había reparado, pero ahí estaba, con la patita hacia afuera, estirándola hasta donde podía, tratando de alcanzarme. Tuvieron que pasar 4 meses más para que yo me percatara de su llamado desesperado… perdón linda, te prometo que ya no pasarás desapercibida!








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