Hasta el momento eran 4: Bongo (el flaco), Duque (el gordo) y mis dos patitas.
Pero desde hace unas semanas, dos nuevos integrantes ocupan hoy un lugar privilegiado en nuestros corazones: La Negrita (quien me adoptó) y Matilda (cachorra luchadora).
En el fondo están los machos dominantes. Más al fondo los patos que van limpiando las zonas de mucho pasto y yuyo. En el frente las damas.
Como la familia se agrandó aquí les pongo a todos los integrantes
Duque:
El primero que llegó a la casa, lo trajo papá porque extrañaba tener un perro luego que perdiera a Timón quien lo acompañó durante más de una decena de años.
Duque es el gordo remolón. El come, duerme… juega un poquito…. se cansa y vuelve a dormir. Ama echarse al sol. No soporta ningún animal, los ataca. Pero es muy bueno con la gente del hogar y excelente guardián.
Ama el sol... siestas largas son su máximo placer
Él se toma su tiempo para todo, come la manzana despacito....
Bongo
Es el flaco de la casa, llegó poco después que Duque. Fueron amigos hasta el año y medio y luego su carácter dominante los separó. Es nervioso, enérgico, hiper-juguetón hasta el cansancio. Tiene terror a los ruidos de los cuetes o bombas brasileras, también a los truenos y relámpagos. Tiene un excelente oído y es muy guardián. Desconfiado de los extraños.
Come rápido, come de todo.... siempre está flaquito (qué suerte tiene!)
Jamás se cansa de jugar
Terror a los ruidos fuertes
Las patitas
Ellas fueron rescatadas para vivir como mascotas en mi hogar. Limpian el fondo comiendo yuyos, caracoles y bichitos. Aman bañarse en el latón, son limpias si tienen agua limpia, abonan el terreno y no molestan a nadie. Son muy curiosas.
Han crecido, cada tanto ponen huevos muy ricos!
Muy curiosas...... mmmm ¿quién está ahi?
Negrita
Esta perra me adoptó a mí. Llegó a la veterinaria de la vuelta de casa, tras un accidente que le provocara dos fracturas y descaderamiento. Anteriormente dos familias la habían usado y abandonado. Tras el accidente sufrió 2 o3 días tirada hasta que una vecina se conmovió y la recogió y llevó a la veterinaria. Mientras se recuperaba, yo le hacía mimos y cuando estuvo mejor ella se escapaba de la veterinaria para mi casa. Empujaba el portoncito y se quedaba ahí echada en el patio del frente, hasta que las chicas de la veterinaria venían a buscarla. Dada su insistencia, puse rejas en el frente y la traje a vivir definitivamente conmigo, por eso digo que efectivamente ELLA ME ADOPTÓ.
Es dulce, tierna, muy tranquila. No molesta para nada, ama su casita nueva, aceptó a la 6ta integrante, en definitiva: una santa.
Ella ama su casita nueva
Toda una reina, la señora tranquilidad
Matilda
La última en llegar. Supuestamente llegó en transitorio mientras se daba en adopción, pero enfermó gravemente, por lo que estuvo varios días internada, y luego de su recuperación ya nos habíamos encariñado mucho con ella. Así que pasó a engrosar las filas de los adoptados en casa.
Es cruza Pointer, enérgica, delgada y musculosa. Súper juguetona, fatal, peleadora, rebelde.
No tiene temor a los machos dominantes aunque ya la han rezongado, ella siempre quiere jugar y a la pobre Negrita le pasa por arriba, le muerde las orejas, se le tira encima….
Es una bandida, me roba todo: zapados, ropa, etc.
Es también la alegría del hogar, la princesita consentida.
Juguetona, rebelde y desafiante
Qué noni-noni...
Bandida, mordiéndome los cordones
Y hasta aquí llegamos, por ahora, porque... nunca se sabe cuando otra mascota pida permiso, empuje el portón y entre al hogar.
¡Son una belleza las seis criaturas! Y que suerte han tenido también. Me alegro mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Alberto.... mi casa se tendría que llamar "Ciudad de Negros"... porque parece que todos los perros que ingresan son negros nada mas..ja,ja,ja Pero si me faltara uno solo de ellos cómo lo extrañaría!! Cada uno tiene lo suyo y los adoro!
ResponderEliminarAbrazote Alberto, espero que estés bien!
Eres una HADA MADRINA para estas criaturas... un besote muy fuerte, y continúa siendo tan buena, y protegiendo a estos animalitos.
ResponderEliminarUn beso
Merana