Los gatitos

Este Blog es de perritos, pero nos hemos puesto de acuerdo para dedicar una entrada a los gatitos, dado que algunos lectores los quieren tanto como Marita nos quiere a nosotros. También son mascotas que suelen ser muy compañeras ganándose ampliamente el cariño de sus dueños. Y con esta entrada queremos también desmitificar la vieja mentira de que gatos y perros siempre se pelean.
Bongo y Duque

He tenido muchos perritos en mi vida. Pero también he tenido gatos, aunque menos.
El primero que tuve, a los 9 años, era muy bonito con rayas como tigre, entre anaranjadas y negras; pero un día apareció muy herido, tal vez por el ataque de un perro… en ese entonces no conocíamos de veterinarios ni nada. Solo recuerdo asomarme y verlo tan herido en una caja… y el recuerdo es feo y triste.
Luego hace poco, apareció en el fondo de casa un gatito blanco. Mi padre creyó que era gatita y le puse de nombre Kitty como la de los dibujos animados. Le hice una casita de cartón adornada con imágenes del dibujo Kitty.


Más adelante nos enteramos de que era macho, pero el nombre ya estaba asignado.
Kitty se hizo gran amigo de mi perro Duque, ambos pequeños jugaban mucho juntos. Kitty le daba zarpazos a Duque buscándolo y él salía corriendo al gato por todo el fondo hasta que el gato se dejaba atrapar y giraban en el suelo como una sola bola de pelos blancos y negros. Así jugaban hasta cansarse y luego se echaban juntos al sol.



Y claro que Kitty fue gran compañía en los momentos más difíciles de Duque, cuando llegó de su internación. Duque estaba casi inválido de sus patas traseras y Kitty se echaba horas a su lado para acompañarle como fiel compañero.


Kity venía a la ventana de la cocina por las mañanas cuando nos sentía preparar el desayuno. Con las patitas golpeaba la ventana hasta que se la abríamos y entraba a comer con nosotros.
Así todas las mañanas hasta que en una no apareció… ni al mediodía, ni a la tarde.
Kitty desapareció y nunca supimos si se marchó, si tuvo un accidente, si lo mataron. Solo sé que los recuerdos de mis gatitos son tristes, no sé si volveré a tener otro. Creo que no soy tan buena cuidando gatos como perros.
Igualmente sé que los quise mucho y por eso merecían aquí un homenaje, los gatitos.