Ayer (10 de mayo de 2013) salía al mediodía de mi trabajo y me encontré un perro convulsionando en el suelo, pregunté a los vecinos del lugar y me dijeron que estaba ahí tirado desde el día anterior... que le habían dado agua....
¿Cómo puede la gente ver un perro muriendo y simplemente seguir caminando y dejarlo ahí tirado?, qué tristeza! cuánta falta de humanidad!. Unos adolescentes pasaron, lo vieron ahí moribundo y se burlaron diciendo: - Te queda poco de vida.-
Entonces, le pedí a una señora que vi bajar de una camioneta cerrada, que me llevara hasta una veterinaria. Afortunadamente aceptó y me llevó.
El perro cruza cimarrón, tenía una enfermedad que había afectado todo su sistema nervioso, no podía ni erguirse. En la parte de atrás de la camioneta cerrada, me senté tipo india a su lado, él hizo un gran esfuerzo, se arrastró más cerquita mío, puso su cabeza sobre mi falda y me miró unos segundos.... era como si se diera cuenta que por fin alguien se había apiadado de él. Lo acaricié una vez, y otra y otra, como pidiéndole perdón por la insensibilidad de mi raza humana…
Cuando llegamos y tras revisarlo, tuvimos que dormirlo. El veterinario me dijo que tenía solo 7 meses.. que por la ignorancia de la gente se notaba que había tenido Distemper, porque le habían cortado una oreja con la falsa creencia de que al sangrar con la sangre se va el virus.... Obviamente no es así, por lo que al empeorar lo tiraron a la calle. Una vez en la calle, como apenas se podía mover, un vehículo se lo llevó por delante y lo arrastró, tenía heridas las patas traseras. Luego ya no pudo levantarse más, con todo eso, con los fríos de las noches, nadie se apiadó y lo dejaron ahí tirado convulsionando en la vereda, hasta que por fin pasé y lo vi. ¿No es demasiado injusto tanto dolor? Mientras le daban anestesia para dormirlo yo lo abrazaba y acariciaba para que no se fuera de este mundo sintiendo que todos los humanos son una porquería. Aunque siento que la mayoría sí lo son... lloré mucho ayer.
Deseo con todo el corazón, que San Francisco de Asís lo reciba y le de todo el amor que aquí los humanos le negaron. Besitos en el alma, cachorrón hermoso.
sábado, 11 de mayo de 2013
martes, 26 de marzo de 2013
Aventura con Bongo
24 de marzo de 2013, vuelvo a salir a caminar con Bongo
Solo una vez lo saqué a pasear, hace varias semanas… solo
una vez en sus 6 años de vida, por ser antisocial, desconfiado del humano (no es para menos, cuando era pequeñito un ladrón lo golpeó al asaltar el hogar), y agresivo con otros perros. La primera vez de
bozal, que no le gustó nada que se lo pusiera, se sentía incómodo con él y se
lo quería sacar…
La segunda vez, 24 de marzo… le coloco el pretal, se queda
quieto.. le pongo el bozal, sin mayor problema y cuando termino de ajustárselo,
sale corriendo contento hacia el portón. Increíble! La segunda vez en su vida
que saldrá a pasear, y él ya asoció bozal = paseo. Así salimos a caminar por la
sendera de paseo de la ruta. Esta vez mucho menos tenso, aunque siempre atento,
curioso, expectante de cuanto movimiento y ruido hay a su alrededor.
Fuimos caminando hasta un lugar con elevaciones, donde nos
metimos entre el pasto… Allá arriba, le podría sacar el bozal, si no había
nadie. Vamos subiendo una elevación y de repente de atrás siento que vienen dos
perros ladrando y corriendo como locos a atacarnos. Sigo subiendo un poco mas
con Bongo… Justo antes que los perros lleguen a la base, me doy vuelta y a lo
César Millán, estiro el brazo, cara enojada, voz firme: - No!, Sht! – Los perros
pegan frenada… me miran, dan unas vueltas, quieren volver a subir – No! Fuera! – grito malísima y los dos
perros grandotes pegan media vuelta y se van corriendo por donde vinieron. Sigo
subiendo mi cerrito contenta con mi compañero Bongo. Allá arriba, le quito el
bozal, aflojo su correa.. camina, se tira al pasto, se revuelca feliz… disfruta
del entorno con colas de zorro, pasto, yuyos… algunas rocas..
En eso, me doy vuelta y un guardia de seguridad enorme, con
chaleco y una tonfa en la mano, se nos viene encima amenazante, con los perros
que yo había echado, detrás.
-
No pueden estar aquí, es propiedad privada! – (de dónde salió este guardia? si siempre voy ahi a pasear a mis otros perros....???)
-
Es que estoy con un perro antisocial, y es el
único lugar donde lo puedo pasear tranquila, sino se pelea con otros perros.
-
Pero no
puede estar aquí! – sigue viniéndoseme encima sumamente amenazante, entonces
estiro el brazo y le digo: - No se acerque! Es agresivo! – y en eso, justo en
ese preciso momento que termino de decirlo, Bongo se manda un : GRRRRRRRRRRRRRR
– tan bravo como su cara y el tipo frena en seco.
Insiste en que baje y le digo: - Cuando
usted baje con sus perros, sino se pelean! –
Fastidioso, se da vuelta y echa a
sus perros y se va, dándose vuelta cada tanto, mientras yo disfruto los últimos
momentos del lugar con mi amigo…
Allá al rato bajamos… le coloco el bozal, seguimos caminando hasta
la próxima ruta…
En otra zona alta con césped, nos
sentamos, le quito el bozal, él se sienta a mi lado, lo acaricio, está
tranquilo como nunca… es extraño.. afuera es tranquilo, obediente, tremendo
compañero… En casa es un loco desatado, gruñón, bruto y miedoso de los truenos,
cuetes y cualquier ruido… afuera parece olvidarse de todo. Aún me río al
recordar mis palabras: - No se acerque! Es agresivo! - y como si supiera que era su turno, mi amado
loquito emite su GRRRRRRRR!!
miércoles, 13 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)