Mi primera mascota



Tenía alrededor de 7 años cuando caminando por la feria, mi madre me compró mi primera mascota: un patito amarillo y hermoso que traje, en una cajita con agujeros, hasta el apartamento donde vivíamos. 
Quién sabe por qué me lo compraron, pero fue ideal, vivíamos en el primer piso de un apartamento con balcón. No teníamos patio ni jardín, pero el patito vivió feliz durante varios meses allí conmigo. Las primeras noches dormía al lado de mi cama, en una caja y cuando lloraba con su cui, cui, cui, le acariciaba para calmarlo.

Así nos hicimos grandes amigos. Deseaba llegar de la escuela para encontrarme con mi patito, quien pronto se acostumbró a mi compañía y me seguía por todo el apartamento.
Cuando iba hasta la calle a juntar pasto para él, me esperaba en la puerta y me recibía con su lindo graznido contento como te recibe un perrito.

Un día me desapareció una medallita que creo era de la virgen. Supusimos que se la había tragado el patito porque suelen comerse cualquier cosa pequeña que llame su atención.

Los meses pasaron y llegó el verano. Mi patito amarillo era ya un pato grande y hermoso. Mis clases terminaron y las vacaciones en la playa se acercaban. Yo solía pasar los 3 meses en la casa de mis tíos y primos que quedaba a dos cuadras de la playa. Ese verano, también el pato fue con nosotros al balneario.

Era chica, apenas recuerdo que alguien me dijo que el pato se mataría para comer la noche de Navidad. Ahora pienso horrorizada, cómo le pueden hacer algo así a una niña. ¡Era mi primer mascota!! Yo adoraba a ese pato, era mi amigo…
Entonces, me juré esa noche, despertarme antes que todos, tomar a mi amigo el pato y escapar lejos, tal vez hacia los montes de eucaliptus, donde nadie nos encontrara. Yo no podía permitir que mataran a mi amigo.

A la mañana siguiente…. me dormí… cuando me levanté, corrí al fondo. Bajo el parral, mi tío preparaba una gran olla con agua, ya había matado a mi amigo y lo estaban desplumando…. Fue horrible… seguro no dije nada, porque siempre he tenido mi orgullo que muestra valor aunque por dentro muera de tristeza…

Esa noche, cuando la navidad se acercaba… cuando todos festejaban, cuando la cena de noche buena nos reunía en familia… aparecieron con una fuente, con mi pato para comer…
Con mis siete años, me levanté de la mesa, dije sentirme mal y me fui a acostar. Todos comían, bebían y festejaban, mientras yo lloraba en la oscuridad del dormitorio de mi abuela. Los odiaba, estaban comiendo el cuerpo de mi amigo, era horrible, solo podía llorar…. como lloro ahora, mientras lo recuerdo.

Al día siguiente, mi madre, me entregó algo que habían encontrado al abrir el pato… era la medallita de la virgen, ya lisa sin estampa… pero era mi medallita, el último recuerdo que me quedó del que fuera mi primera mascota, mi primer amigo del incomprendido mundo animal…

Related Posts with Thumbnails