domingo, 17 de mayo de 2009

Duque, un dificil comienzo

Duque vino a casa de mis padres, con aprox. 2 o 3 meses de vida, allá por febrero de 2007 (pleno verano).
Papá no quería seguir sin perro luego de la muerte de Timón que nos acompañó durante más de 13 años.
Duque era gordito, muy comilón y juguetón. En casa estaba Kity, una gatita blanca que había aparecido en el fondo (que resultó ser gato al final, pero el nombre ya lo tenía). Se hicieron buenos amigos. Ella lo buscaba con manotazos hasta que él la perseguía como loco por todos lados. Finalmente la alcanzaba y se revolcaban en el suelo, en divertida lucha hasta que ella lograba zafarse de un salto y allá salían corriendo como locos otra vez.
Luego se echaban una siesta al sol.




Papá no estaba acostumbrado a cuidar de una mascota. Timón había sido mitad de casa, mitad de la calle porque se le dejaba una puerta con agujero para que saliera por el frente y se rebuscase en la calle, tenía la libertad de salir, de mendigar comida, y por cierto, regresaba con pulgas, garrapatas y muchas veces con heridas de peleas y más. Aunque siempre estuve en desacuerdo con este método de vida para nuestro perro, yo no tenía derechos sobre Timón ya que me había marchado a la Capital a estudiar y trabajar y mi padre mandaba sobre su vida.
Era imposible mantenerlo limpio, menos enseñarle órdenes o bañarlo.
Pero con Duque yo decidí intervenir y enseñarles cuidados a ambos: al perro y a papá.
Aún así, Duque fue sobre alimentado, no se dieron cuenta de que un cachorro no tiene sensación de saciedad y a poco de llegar, el pequeño, tuvo una grave gastroenteritis. Con vómitos, diarrea, decaimiento, una notable baja de peso, y falta de apetito. Yo ya vivía entonces, a pocas cuadras, y un día mi madre me fue a buscar a ver qué hacíamos. Lo tomé y lo llevé a la veterinaria donde estuvo varios días internado, muy grave.
- Me lo trajeron en las últimas - fueron las palabras del veterinario. Duque estaba flaco y deshidratado; le tuvieron que poner suero, dejarlo en una jaulita donde se le suministraban montones de medicamentos, para que no vomitara, para detener la diarrea, para atacar virus, etc, etc... Cuando regresó a casa no era ni la mitad del cachorro gordo y juguetón que había sido. Tuvo que volver a aprender a caminar, porque se había descalcificado. Muchas veces marché con él en brazos a la veterinaria para que le suministrara calmantes porque le dolían los huesos, no podía ni rascarse, yo lo hacía por él. Aveces le acariciaba suavemente la cabeza y eso ya le hacía gemir de dolor. Fueron largas semanas, a mi padre se le pasó por la mente, pegarle un tiro "para que dejara de sufrir". Por supuesto que le saqué esas raras ideas de la cabeza.


AMIGOS EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS

Duque no caminó por mucho tiempo, porque estaba tan descalcificado que el solo movimiento de cualquier parte del cuerpo le dolía. Luego, tanto tiempo sin moverse, hizo que perdiera tono muscular, así que pasaba las horas echado sobre un almohadón junto a la estufa a leña. Kity lo buscaba para jugar y pelear, pero al ver que el cachorro ni se movía, se quedaba mirándolo extrañado, luego se iba desilucionado.

Un día, ya a fines del invierno, el sol asomó radiante.... Duque tomó valor y se largó a caminar. El paso era más lento que el de una tortuga, su caminar sumamente rígido, como si nosotros caminásemos sin poder doblar las rodillas. Aún así, recorrió el comedor, pasó por la cocina y salió al patio. Caminó varios metros hasta llegar al fondo y echarse sobre el pasto donde el sol alejaba el frío invernal.
Kity fue hasta el fondo, lo miró y como viejo amigo de juegos, se echó junto a él y así permaneció en fiel compañía durante mucho rato.




CHUCU-CHUCU A TODO VAPOR


Muy de a poco, Duque fue juntando fuerzas para salir de la casa cuando el sol caldeaba el ambiente y regresaba luego de varias horas de estar echado sobre el pasto. Ida y regreso eran un triunfo, porque caminaba lento y con mucho esfuerzo. Las patas de atrás, descalcificadas y sin musculatura, eran las más perjudicadas. El veterinario nos advirtió que podía recuperarse parcialmente o quedar inválido de sus patitas traseras.

Tan rígido caminaba que si le llamábamos no podía girar su cabeza y giraba todo su cuerpo para ponerse frente a nosotros. Echarse era otro sacrificio, porque no podía casi doblar las patas y giraba varias veces alrededor del lugar escogido antes de acostarse. A veces, no le daban las fuerzas para tantos metros y descansaba un buen rato en cada pieza antes de llegar hasta la estufa a leña del comedor. Por tal motivo le pusimos almohadones por todas partes. Debajo de la mesa de la cocina, un almohadón por si hacía parada ahi, debajo de otra mesa de mi dormitorio otro almohadón por si entraba por el otro lado de la casa, y otro junto a la estufa para su estación terminal. Le puse un apodo: "chucu-chucu" porque parecía un trencito duro, que seguía fijo una vía sin poder voltear. Mamá se disgustó por el apodo, otros se sonrieron.







Pero ya llegada la primavera Chucu-chucu iba asombrándonos con sus avances y cada día caminaba más y mejor.

Cuando por fin entró a la veterinaria y podía correr, el veterinario quedó sonriente y asombrado. Chucu-chucu aún tenía las patas traseras con poca fuerza muscular, aún así daba pequeños brincos de alegría en las baldosas resbalosas de la veterinaria. Estaba mucho mejor.

1 comentario:

  1. que bello gesto sabes yo vivo en una playa adiicora falcon, venezuela y a mi me regalaron una linda y muy espesial perrita llamada ambar y me gustaria relatar toda su histori me gustaria sacar u cuento o hacer esto que ustedes hacen y en este momento estoy en busca de fundar el refugio de los que habitan aqui en la costa ya estube agilisando la parte legal me falta la idea de proyecto y algunos permisos de sanidad y de la comunidad pero me gustaria que no perdieramos contacto porque me estoy dejando llevar por sus ideas es un bien para esos indefensos que no tienen culpa de vivir y hoy dia quieren acabar con sus vidas por que apestann mi correo es delgadojtd1030@hotmail.compor favor en lo que me puedas ayudar te lo agradeseria esperare respuesta y te deseo la mejor suerte del mundo y dejandote dicho que tu alma y corazon son los mejores del mundo

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Esperamos sus cariñosos comentarios. Un guau de amistad para todos!

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